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La formación musical del dixieland es bastante estable:

         - Hay tres instrumentos que destacan: la trompeta, el clarinete y el trombón (sección melódica).

         - El contrabajo, la batería, el banjo y el piano (sección rítmica) sostienen el ritmo y la base armónica, aunque también pueden improvisar solos.

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Es un tipo de música que a menudo se toca en la calle o desfilando. Los instrumentos más pesados, e imposibles de trasladar al aire libre, como el piano, el contrabajo o la batería, se sustituyen por la tuba e instrumentos de percusión, como la caja y los platos.

 

Al finalizar la esclavitu muchos se formaron muchas bandas, en las que los antiguos esclavos tocaban sus propias versiones de las marchas europeas en desfiles, bailes, excursiones y funerales. Al introducir ritmos sincopados, al cambiar las notas de las melodías originales cuando les convenía y al improvisar nuevas melodías, las “jazzearon” de una manera nueva y excitante.

El efecto fue sensacional: sobre la base del ritmo regular de la marcha ocurría toda clase de cosas locas. Las notas se “desafinaban” deliberadamente, las melodías se modificaban y los músicos iban inventando sus partes sobre la marcha.

 

Las improvisaciones colectivas sobre unas armonías sencillas hacen de este tipo de jazz una música muy alegre.

Cada pieza estaba basada en una melodía conocida por todos, con un acompañamiento de acordes sencillo, que a menudo se ajustaba a la rueda del blues.

Los instrumentos también se van alternando para hacer improvisaciones individuales mientras el resto de los instrumentos siguen tocando riffs (frases repetitivas de acompañamiento) o melodías improvisadas que “pegan” con los acordes de acompañamiento.